Es tan simple, así... no podés elegir
Claro que no siempre, ves? resulta bien
Atado con doble cordel, el de simular,
no querés girar maniatado,
querés faulear... y arremolinar.
Medís tu acrobacia y saltás.
Tu secreto es: -La suerte del principiante no puede fallar.-
Alguna vez, quizá, se te va la mano
y las llamas en pena invaden tu cuerpo
y caés en manos del Angel de la Soledad
y él ¡Gracias a dios!
tampoco cree en lo que oye.